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sábado, 12 de abril de 2014

A su lado.



Es 11 de Abril, un sueño
donde el mundo carece de prisa
mientras escucha tu sonrisa, 
entre mis brazos de cera.


De repente, llueven besos
desde mis labios hasta
el cielo que se halla
en los terrenos de tu cuello.


Y tus manos me derriten,
yo, el hombre de hielo,
consumido entre setos
en el jardín de los cisnes.


Entre cada caricia, el suelo
parece más lejano, creo
haber perdido el norte entre deseos
y los caminos de tu cuerpo.


El tiempo no avanza, cada 
palabra ralentizadas en el aire
viendo florecer los abriles
entre cada mirada almacenada.


Escondidos del sol de justicia
bajo la copa de un árbol,
en silencio, cada pájaro
compuso, esta tarde, nuestra melodía.


Todo carecía de valor, el entorno
que nos envuelve, mudo, mudó
su protagonismo; pensó
dejar al primer plano solo.


Y entre tanto sueño despertamos
felices, sabiendo que, aunque
se estaba haciendo tarde,
volvería a su lado.